La Torre de Belém es un notable ejemplo de arquitectura manuelina, un estilo distintivo que surgió en Portugal durante la Era de los Descubrimientos. El intrincado diseño de la torre presenta elementos de la arquitectura gótica, renacentista y morisca, creando una mezcla única de estilos. Su fachada está adornada con tallas ornamentales de cuerdas, esferas armilares y otros motivos marítimos, que reflejan la rica historia de Portugal como nación marinera.
Cada uno de los cuatro niveles de la torre tiene características diferentes, que muestran la función original de la torre como fortaleza y, más tarde, como prisión. La coronación de la torre es su terraza, que ofrece unas vistas impresionantes del río Tajo y sus alrededores. Su diseño y ubicación hacen de la Torre de Belém una obra maestra de la arquitectura y un destino esencial para los visitantes de Lisboa.